Entender el estrés

 

 

 

Photo by Ben White on Unsplash

Entender el Estrés

 

Todas las personas sentimos ansiedad en algún momento de nuestra vida: en una primera cita, en una reunión importante, la noche previa a un gran viaje o antes de una entrevista de trabajo.

 

Te sorprenderá saber que no son las situaciones en sí mismas las que disparan tu ansiedad, sino lo que piensas sobre ellas y lo que sientes: “y si no le gusto”, “y si me quedo en blanco en la reunión”, “ y si me duermo y pierdo el avión”, “ y si no sé contestar a las preguntas”.

 

La realidad se compone de todo tipo de momentos, agradables y desagradables, incluso en los momentos que etiquetamos como agradables, podemos sentir emociones que nos descolocan y pueden aparecer pensamientos de duda, incertidumbre o incapacidad, que nos generen ansiedad.

 

Intentar sentir a toda costa emociones y sensaciones agradables, aceptando sólo los pensamientos “positivos” y evitando los desagradables, viviendo apresuradamente y corriendo tras unas metas que seguramente no nos darán la felicidad, con la vista puesta constantemente en el futuro, desconectando de lo que sentimos o pensamos en el aquí y en el ahora, llenando nuestro poco  tiempo de ocio con actividades que nos invitan a dejar de sentirnos por dentro, nos lleva de lleno al mal del siglo XXI: El Estrés crónico.

 

Yo también acabé con Estrés crónico por la carga laboral, por relaciones demandantes y retos vitales. Ante cada nuevo reto me acababan asaltando pensamientos del estilo: “No voy a ser capaz” “Va a salir mal” “Quién soy yo para hacer esto”

 

Seguro que te suenan… lo que nos lleva a preguntarnos…

 

Pero entonces… ¿Qué es el Estrés?

 

El Estrés es una reacción fisiológica del organismo; básicamente es un sistema de defensa que nos sirve para afrontar una situación que vivimos como una amenaza. Lo curioso es que nuestro cerebro puede interpretar como amenaza una situación real o imaginaria y esto puede ocurrir estando despiertos o mientras dormimos.

 

Además, el Estrés crónico es el principal factor de riesgo de múltiples enfermedades en occidente, tanto por nuestro estilo de vida, como por la cultura de nuestro mundo que en cierta manera lo acepta como algo positivo en personas que están muy ocupadas.

 

Estas exigencias del mundo moderno han aumentado las posibilidades de sufrir 3 tipos de estrés:

 

– El Estrés que podemos llamar rutinario, el que aparece al intentar gestionar la presión laboral, la familiar y otras responsabilidades diarias.

– El Estrés que sufrimos en una crisis, como perder el trabajo, romper con la pareja o sufrir una enfermedad.

– El Estrés traumático, que ocurre si alguna vez nos encontramos en peligro, nos roban o en casos extremos de accidentes graves o desastres naturales. Este tipo de estrés puede causar trastorno de estrés postraumático.

 

La siguiente pregunta que nos haremos es…

 

Eso que siento ¿es Estrés?

 

Cuando se padece Estrés surgen unas señales fáciles de identificar.

 

Puede ser que la mandíbula se tense y duela, que aparezcan con más frecuencia resfriados y otras infecciones, que las digestiones sean difíciles y los dolores de cabeza recurrentes, que aparezcan pitidos en los oídos, que el estado de ánimo sea irritable, que sufras períodos de insomnio, olvidos repetitivos, que te cueste organizarte y tomar decisiones, que sientas fatiga e incluso depresión.

 

El Estrés crónico también puede llevarte a descuidar relaciones afectivas y a provocar aislamiento, a conductas de evitación como excesivo consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias adictivas.

 

El Estrés crónico reduce la eficacia del sistema inmunológico llegando a provocar enfermedades crónicas e incluso puede llegar a alterar los genes.

 

El Estrés, en definitiva, puede tomar el control de tu vida.

 

Es interesante que seamos capaces de observarnos si nos sentimos identificados con los síntomas que hemos comentado y buscar alguna de las múltiples posibilidades de mejorar nuestra vida para minimizar la aparición del Estrés.

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